El aprendizaje está
constituido por un gran número de procesos, de los cuales los más importantes
son, al menos la motivación, las emociones, la atención y la memoria. Todos son
procesos neurales que es necesario tener en cuenta a la hora de enfrentar el
desafío de la enseñanza y para esto se hace imprescindible que el profesor
posea un conocimiento básico sobre la estructura y función del sistema
nervioso.
Este saber debe abarcar
tanto un nivel macro, como los hemisferios cerebrales, núcleos más importantes,
regiones relacionadas con ciertas funciones, etc.; como un nivel micro,
relacionada a las neuronas y glías, y la forma de relación y comunicación entre
ellas.
Este conocimiento se hace
necesario en cualquier área en que un educador se desempeñe, no siendo
restrictiva para ciertas disciplinas más científicas, sino más bien abarcando a
toda la gama de asignaturas, desde las matemáticas, hasta la filosofía, pasando
por las ciencias naturales, el lenguaje, la educación física y la música. El
estudio del cerebro abre un campo enorme de posibilidades prácticas en
educación, donde una mejor comprensión del funcionamiento cerebral lleva
consigo una notable mejora de las técnicas educativas.
Para Zuluaga (2009) las
neurociencias han ayudado a eliminar ciertos mitos con respecto al aprendizaje,
por ejemplo:
a) Existen periodos sensibles ó críticos del desarrollo. Esto no
es cierto ya que se sabe que la plasticidad neuronal que permite el aprendizaje
dura toda la vida.
b) Existen diferencias funcionales localizadas de los
hemisferios cerebrales, generando el cerebro izquierdo como matemático y
lingüístico, y el derecho como artístico.
Hoy se conoce la implicancia de zonas
en diferentes hemisferios para realizar tareas específicas, no existiendo una
especialización funcional que implica la actividad de una zona determinada en
cada proceso cognitivo, sino más bien una situación de zonas y regiones
cómplices para la realización de una actividad, etc.
Hace un tiempo “viene
emergiendo una nueva ciencia, la Neuroeducación como una nueva línea de
pensamiento y acción que tiene como principal objetivo acercar a los agentes
educativos a los conocimientos relacionados con el cerebro y el aprendizaje,
considerando la unión entre la Pedagogía, la Psicología Cognitiva y las
Neurociencia.”(Campos, 2010, p. 10).
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